DEMOCRACIA, SIN AUTORITARISMO: DEL DISCURSO A LA PRÁCTICA
por Elizabeth Mateo Pérez (República Dominicana)
1. INTRODUCCION:
Para lograr la consolidación de la democracia en América Latina y muy especialmente, en República Dominicana, país en el cual nací, se necesita fortalecer la visión de la acción democrática; estructurar y hacer que converjan el discurso con la acción.
América Latina ha avanzado, se han alcanzado las metas teóricas. Hoy por hoy, existen Constituciones, Leyes y Reglamentos que contemplan los principios democráticos universales, se han creado las instituciones democráticas en papel y las estructuras han empezado a caminar.
Sin embargo, lo que más nos ha enseñado la teoría democrática, es que con ella sola no basta, se necesita un pragmatismo en la aplicación y funcionalidad, aplicada a la idiosincrasia de los pueblos.
La problemática mayor que enfrenta América Latina y como parte de ella la República Dominicana en su sistema democrático, es que empezamos a aplicar esos principios, normas y reglamentos aprobados después de décadas de dictadura, sobre personas que habían sido educadas en regímenes autoritarios.
La educación es la base de todo proceso, especialmente de la consolidación de la democracia. Empezamos a hacer que las instituciones públicas funcionaran con la teoría y no educamos a la gente en la práctica democrática, como resultado de esa deficiente educación en valores democráticos, esos jóvenes que un día sirvieron bajo la dictadura y que en su concepto mental propugnaban libertad pero en sus costumbres y educación practicaban el autoritarismo, fueron los que posteriormente se convirtieron en toda América Latina en líderes y ocuparon posiciones de poder en los espacios públicos y en las instituciones del Estado, allí empezó el discurso de democracia conjugado con la práctica del autoritarismo férreo y caímos en una divergencia muy honda. Hay democracia en teoría, ligada a una práctica dictatorial vigente.
El discurso y la práctica están desligados el uno del otro. Hoy, existe una nueva generación de Latinoamericanos y de dominicanos y dominicanas, que no vivimos bajo los regímenes autoritarios, que nos hemos empoderado de lo que lograron generaciones anteriores al plasmar en papel los derechos y garantías de que gozábamos cada ser humano, ese fue su papel, ya su papel no es aplicar la teoría con una práctica autoritaria, su papel es dejar que la generación posterior practique verdaderamente la democracia en todos los espacios, sin pretender coartar nuestras libertades.
En Latinoamérica tenemos diversos movimientos sociales que hemos gestado los jóvenes, desde el Movimiento Estudiantil en Chile por la Educación, el Movimiento Brasileño, el Movimiento Dominicano por el 4%, donde se practica un concepto del poder y la democracia acorde con los objetivos planteados en la teoría democrática plasmados en nuestras Constituciones.
Los planteamientos son correctos, luchamos por derechos colectivos que nos han sido negados reiteradamente, derechos que están plasmados en papel y que por políticas autoritarias, los poderes públicos han decidido ir en contra de lo establecido en el papel y asignar una nueva concepción de ver los derechos como un negocio, no como reivindicaciones humanas. Esa deshumanización de los derechos colectivos ha indignado a un grupo social importante, que se encuentra en edades tempranas, esos jóvenes demostramos la valentía de la lucha contra un sistema gobernado por el autoritarismo avalado por disposiciones democráticas.
Jóvenes que han desafiado un sistema que se dice ser justo y democrático en el papel y que en la realidad social que vivimos se refleja la injusticia y la inequidad, ambos, principios claves para construir democracia.
Aún así, con todos los desafíos, el Movimiento Social que lideran los jóvenes en el mundo avanza, se consolida y empieza a ser una tendencia mundial hacia nuevas formas de ejercer la democracia y empoderarse.
Los que nos gobiernan, únicamente porque les hemos concedido esa distinción a través del voto, deben comprender que ya el discurso por sí solo no convence, que hay una generación consciente de la necesidad de líderes cuya coherencia sea probada con sus hechos, en una práctica democrática certera, sin vendas.
2. HUMANIZAR LA POLITICA: UNA EDUCACION NUEVA, PARA UNA LATINOAMERICA NUEVA.
La humanización de la política es inminente, necesaria y debe ser ahora. Humanizar la política no es prometer, para luego no hacer nada. Humanizar la política es dejar de jugar con los sueños de la gente y empezar a atender sus necesidades. Humanizar la política es atender las prioridades humanas de los pueblos como educación, salud, empleo, vivienda.
Humanizar la política es entenderla como la base de la convivencia nuestra en sociedad y permitir que todo ciudadano o ciudadana sea gobernante, que participe de la toma de decisiones, se exprese, se involucre. Es entender, que el pueblo es el gobernante y los funcionarios que el pueblo elige, son los gobernados y por tanto, deben escuchar, ponderar y votar de acuerdo a las propuestas de sus demarcaciones, no de sus partidos.
Humanizar la política es reconocer que el movimiento social que se ha desatado en Latinoamérica a favor de la educación, tiene sus meritos y que solo a través de la educación, se puede llegar a la igualdad de derechos y condiciones. Un pueblo no educado, no elige bien, aunque elija.
Un pueblo educado puede empoderarse, debatir, conocer propuestas y ser ellos mismos actores importantes en las decisiones que nos afectan a todos, con una baja calidad educativa y un modelo que nos enseña a pensar con autoritarismo estudiando la democracia, tendremos pueblos silentes y sometidos a tratos indignos.
El Movimiento Social por la educación nos ha enseñado a los latinoamericanos, que podemos trascender a los vestigios de dictadura que quedan, que el pueblo puede gobernar desde su ejercicio ciudadano, involucrándose en los procesos, cuando ha sido educado sobre sus derechos y aprende a reclamarlos.
La clave de una democracia bien constituida es la unión entre lo que dicen nuestras Constituciones y la práctica política que sea ejercida. La clave de una política bien ejercida, son ciudadanos educados en sus Constituciones Políticas, deberes y derechos. La clave de la educación de la nueva era es la transformación total del modelo de enseñanza. La clave de una Latinoamérica nueva, es una educación nueva.
3. PROPUESTA CONCRETA
La creación de la ESCUELA CIUDADANA es inminente y necesaria para la consolidación de la democracia en América Latina y especialmente en la República Dominicana.
Ya no basta con la formación de la escuela formal en ciencias, matemáticas, lengua española e idiomas; es necesario una formación ciudadana que enseñe a los latinoamericanos sus deberes y derechos, así como su Constitución Política, el liderazgo al servicio y la responsabilidad en que se incurre al poseer alguna función pública.
Esta propuesta implica, que la escuela pública desde el nivel inicial es la mayor protagonista de cambios estructurales en la cultura política, desde allí se deben instaurar las materias relativas al ser ciudadano y al fortalecimiento de la democracia, concentrándonos básicamente en la formación del individuo, del ciudadano y luego en la formación de la colectividad.
En los países donde la democracia es más abatida y el sistema educativo nacional es más deficiente, como en el caso de la República Dominicana, la Escuela Ciudadana puede empezar como horas obligatorias a las que deben asistir los alumnos y alumnas a la semana, en un establecimiento común, a modo de plan piloto.
La democracia inicia en la educación, por eso en la República Dominicana, seguiremos reclamando lo que por derecho nos corresponde, que se cumpla la Ley de Educación, el 4% del PIB para el sector educativo, una Ley que nació hace 14 años y que hoy por hoy, es un derecho consagrado que los gobiernos nos siguen negando.
Sobre la Autora:
Elizabeth Mateo Pérez, es abogada y política de la República Dominicana, actual presidenta del Movimiento Cívico TOYJARTO y coordinadora de la Comisión Legal de la Coalición Educación Digna, Movimiento social por la educación de calidad en la República Dominicana.